MIGUEL PALOMO | Un amigo, un hermano...

Hoy recibí la grata y renovadora carta de un gran y fiel amigo...
Un amigo que a pesar de la distancia no se olvida de mí.
Gracias una vez más Miguel por tu amistad!

Os dejo aquí la carta que él me escribió y el comentario que le escribí en su blog L'altra luna

Querido amigo mío:
Hace mucho que no sé nada de ti. Querría tomarme un gran café humeante en una mesa pequeña, frente a frente, contarte mi vida. Me han pasado tantas cosas. Seguro que a tí también. ¿Recuerdas aquella chica que te gustaba? Hoy estás a salvo de ella, porque te has librado de una buena, te lo aseguro. Podría pasarme líneas y líneas hablando de cosas sin importancia. Me he dejado barba. No me he cortado el pelo. Perdí el contacto con tu hermano, aunque lo ví hace poco en su facultad. Y todo eso tiene la misma importancia que las fotos que he visto esta mañana haciendo una general. Limpieza, quiero decir. Mis retinas se vieron invadidas por miles de recuerdos. Todos buenos, ¿acaso hubo algún momento malo? sólo cuando veíamos que el grupo se disolvía. A, V, N, Ag, I... y que un verano sólo logramos juntarnos tú, tu hermano y yo. Y luego, nada. Tu en Hospitalet. Tan lejos. Querría tomarme un gran café humeante en una mesa pequeña, frente a frente, contarte mi vida, etc. Y entonces te diría lo que te echo de menos, amigo. Lo importante que has sido en mi vida. Espero que nunca se te olvide. Tenemos pendiente un café. Humeante.
Un abrazo, Miguel
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Hola Miguel!!!
Que gustazo poder volver a saber de ti!!
Me ha encantado tu carta. Breve, concisa, precisa, con tu toque clásico y revelde, con tu caracter, tu fuerza...
Gracias porque aunque yo no sepa cuidar de mis amigos, hay amigos como tu que siempre estan, que siempre se acuerdan de ti, que no sabes como pero te escriben una carta justamente en el momento en que más lo necesitas.
Como dice un anuncio de televisión, a los humanos nos gusta hacer listas... yo como humano tengo mis listas, mis listas de amores, de coches, de guitarras, de enemigos, de amigos...
Ultimamente me había dado cuenta de que en verdad yo no tenía amigos, de que simplemente tenía conocidos, que si bién alguna vez llegaron a ser amigos, mi dejadez habia provocado el aislamiento y el que ya no fueran realmente amigos.
Pero gracias a Dios aún queda un verdadero amigo en esa lista y se llama MIGUEL PALOMO.
Solo me queda añadir que "los roqueros nunca mueren"
Gracias una vez más por tu amistad y por recordarme aunque yo esté tan ocupado como para descuidarme de mis amigos.
Un abrazo, Alberto.